Sus pobladores más antiguos, cariñosamente le siguen llamando “El Reino de Patones” a este pequeño sitio que data de la época de la Reconquista y que aislado del mundo, sin que nadie tenga noticia de ellos, vivía con una organización propia como gran ciudad, sin necesidad de asistencia externa y fundando un reinado dentro de España. Los restos de su apogeo aun se pueden percibir en sus pequeñas calles, sus sierras y sus zonas de senderismo.
Si bien aun hay controversia sobre su historia, la versión más firme es que en 1555 Patones de Arriba ya existía, tenía sólo siete vecinos pero entre los pocos pobladores existieron reyes. Esta monarquía tiene origen visigodo y, según cuenta la leyenda, gracias a su aislamiento sobrevivió a la ocupación musulmana. “Fue de tal suerte, que no cuidando los enemigos de territorio tan áspero y quebrado, pudieron aquellos godos fugitivos vivir en él todo el tiempo del poderío musulmán, manteniendo sus costumbres, creencias y sustentándose de la caza, pesca, colmenas, ganado cabrío y del cultivo de algunos centenos, como lo hacen también ahora”, escribió Antonio Ponz en 1781.
En la actualidad Patones de Arriba dista mucho de ser un opulento reino y aunque mantiene su escasa población ya no vive tanto de la caza y la pesca, sino que el turismo que proviene principalmente de Madrid le dan vida a este pequeño pueblito. Pero hay mucho más que hacer en Patones de Arriba; entre sus principales atractivos se encuentran las rutas de senderismo y cicloturismo, escalada, los yacimientos arqueológicos y las rutas guiadas, las cuales se recomiendan hacer preferentemente en primavera o en otoño por ser el clima ideal para la actividad física.
Después de visitar el Ecomuseo de la Pizarra, el Museo Aula Geología o el Yacimiento Dehesa de la Oliva es una buena opción entrar a comer un buen plato, otro de los atractivos de este reino perdido en la sierra madrileña. Vino, cordero, carne vacuna y migas son las principales opciones que no te puedes perder y la oferta, aunque parecida, es mucha como, por ejemplo, el restaurante El Alquimista, El Poleo o El Abuelo Manolo.
¿Cómo llegar a Patones de Arriba? Patones se encuentra a unos 60 kilómetros al nordeste de Madrid y se puede llegar por la A1 tomando la salida del kilómetro 50 en dirección a Torrelaguna por la Nacional 320 y posteriormente por la M-102. Si se quiere ir en bus se puede salir desde el intercambiador de Plaza de Castilla, con la línea 197.
Ya sea para comer, hacer senderismo o pasar un fin de semana tranquilo a pocos kilómetros de Madrid, está claro que Patones de Arriba es un sitio que hay que visitar un reino con mucha historia y que pocos conocen.